Testimonios

Tras una infancia pasada en el conservatorio, en la que incluso participé en una clase de la CHAM en secundaria, no aprecié el plan de estudios ofrecido en el ciclo 3 del conservatorio, por lo que dejé la música clásica a los 14 años. Tras estudiar ingeniería, recuperé poco a poco el gusto por la música abordando el repertorio de música tradicional e improvisada. Una larga estancia de 6 años en Sudamérica como músico me permitió estudiar muchas culturas musicales. A mi regreso a Francia, decidí formarme en pedagogía de la enseñanza y fue hablando con antiguos profesores de música como conocí el CFMI de Aix-en-Provence.

Estos dos años de estudios han sido muy intensos, debido al programa ecléctico que nos obliga a salir de nuestra zona de confort. He podido desarrollar competencias sólidas en técnica vocal, pedagogía de grupo, MAO y sobre todo una pedagogía del aprendizaje a través de la creación. Los profesores son de gran calidad y están todos en activo en la región, lo que nos permite tener un feedback preciso sobre nuestro futuro en la profesión. La única crítica que tengo a esta formación es que quizás sería más interesante profundizar en las especialidades de cada alumno, esto probablemente evitaría un gasto innecesario de energía en ciertas asignaturas que serán inútiles para determinados perfiles.

Las posibilidades de trabajo después del DUMI son grandes, tendrás que hacer tu elección según tus preferencias. Los empleos a tiempo completo como músico invitado son abundantes si estás dispuesto a viajar por todo el país. Después de descubrir la Orchestre à l'École y los programas DEMOS en mi segundo año, decidí buscar trabajo en estos programas y ahora formo parte de DEMOS Marsella como clarinetista y responsable pedagógico. También he mantenido un vínculo con el canto en las escuelas, el corazón del trabajo del MI, trabajando para Musicatreize dentro de una escuela. Por elección propia, no he buscado otro empleo porque deseo reservar parte de mi tiempo a mi vida artística profesional.

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He estado inmersa en la música desde la infancia, y durante diez años recibí clases de piano en una escuela de música de una asociación. También recibí clases de canto durante mucho tiempo y actué en el escenario al mismo tiempo.

Tras obtener una licenciatura en Ciencias de la Educación, descubrí por casualidad la formación para la profesión de Musicien Intervenant, que combinaba mi pasión por la música y la pedagogía.

Los dos años que pasé en el CFMI me beneficiaron mucho tanto artística como personalmente. Desarrollaron mi curiosidad, mi creatividad y mi confianza en mí mismo. Es una formación multidisciplinar que combina: canto, instrumentos, expresión corporal, teatro, prácticas...

En cuanto obtuve mi diploma de músico interventor, en julio de 2022, presenté mi candidatura a la Cité des Arts de Montpellier, donde fue aceptada. Ahora soy asalariado, empleado por Metropolis en un puesto a tiempo completo (20 horas). Gracias a las numerosas competencias que adquirí en el CFMI, florezco día a día en esta profesión-pasión.

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Tras una carrera en el comercio, decidí cambiar de profesión a los 40 años. Mejoré mi formación pianística y musical, y luego ingresé en el CFMI.

En cuanto obtuve mi diploma, me contrataron para un puesto a tiempo completo como músico invitado en un Conservatoire à Rayonnement Intercommunal.

Unos años más tarde, obtuve la titularidad por oposición, y ahora me encargo de coordinar el Departamento de Profesores de Música.

Hoy me gustaría perfeccionarme en dirección de orquesta, requisito indispensable para presentarme a las oposiciones a profesor de educación artística encargado de la dirección en un conservatorio.

Cuanto más avanzo en mi carrera, más me doy cuenta de la enorme riqueza que se nos transmite durante estos dos años de formación. Aproveché al máximo cada lección, todo era necesario, y nunca me encontré sin recursos ante una nueva situación de enseñanza. Y esta experiencia de trabajo en un microcosmos entre alumnos, donde se aprende a colaborar, a hacerse valer o a adaptarse, que puede ser tan apasionante como frustrante en función de los condicionantes, aporta todas las bazas relacionales que se pondrán en juego en el trabajo de colaboración inseparable de la profesión de músico interventor.

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Uno de los pasos más hermosos que he dado en mi vida es mi paso por el CFMI de Aix en Provence. Un PAS-SAJE transformador y alquímico.

Transformador porque mi vida después de aquello nunca ha vuelto a ser la misma; y alquímico porque la sustancia humana que yo era en aquel momento fue profundamente cambiada por la luz, la inteligencia y el amor del profesorado y de mis compañeros, a los que guardaré en mi corazón para siempre.

Cuando decidí dar ese pequeño paso todas las puertas se abrieron una tras otra a la vez. Conseguí ayuda del Fongecif para financiar la formación e incluso me dieron un sueldo para estudiar el primer año. En el segundo año gasté todo el dinero que me quedaba del paro.

Herman Hesse dice en su libro Demian "El pájaro busca liberarse del huevo. El huevo es el mundo. Quien quiere nacer debe destruir un mundo.

Yo elegí destruir mi mundo a los 40 años, en 2012. Un mundo donde no vivía de la música y no era feliz, haciendo un trabajito tras otro en un hotel, en los remontes de Pra loup y en el valle de Ubaye en los Alpes de Alta Provenza, un mundo sin propósito, sin meta, donde la vida pasaba y los días se parecían unos a otros en un bucle temporal monótono y sin alegría como "El desierto de los tártaros".

Cuando conocí el oficio de músico visitante, una fuerza sobrenatural me dijo que eso era lo que tenía que hacer, aunque supusiera poner mi vida patas arriba y mudarme a otra ciudad y región. Estaba escrito en las líneas de mi destino; tenía que hacer estos dos años de estudios y obtener el preciado diploma a cualquier precio.

Ser músico interventor no es un trabajo fácil porque tienes que dar mucho de ti, de tu vida física y psicológica. Después del CFMI empieza otra escuela; la de la vida donde tienes que aprender a dar y a recibir, es una especie de apostolado y un trabajo noble que tienes que sentir en tu corazón; un trabajo que llevo haciendo ya 10 años.

Hoy trabajo con contrato indefinido para una asociación (Musiphiles, Le Moulin des Sittelles) y para el Conservatorio de Castres, en el Tarn. Soy profesor de música en 8 escuelas donde enseño a alumnos desde los primeros años hasta CM2. Son más de 500 niños a la semana. Estos niños, al llegar a CM2, tienen todos un bagaje musical para toda la vida, saben cantar bien y nunca olvidarán su escuela primaria y la importancia de la música.

Durante 8 años trabajé en colegios, al tiempo que dirigía 3 coros y ofrecía actuaciones semanales en guarderías y en la comunidad de discapacitados. Desde hace 2 años he optado por trabajar sólo en escuelas. El diploma abre muchas puertas, pero hay que pensar en gestionar bien las energías.

El CDI me permitió comprar una casa en el campo donde vivo con mi mujer, mis cuatro perros, mis tres gatos, mis cuatro gallinas y mis dos ovejas de Ouessant; tengo mi propio huerto y un pozo para regarlo. Esta es la vida que quería tener y por la que luché.

Nunca olvidaré uno de esos días desalentadores de mi segundo año, cuando le pregunté a la gran Maïté si creía que este trabajo era para mí y me contestó mirándome a los ojos: "Estoy convencida, sin ninguna duda".

Gracias al CFMI de Aix en Provence y larga vida a la formación de futuros profesores de música.

Ignacio Agote

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Tras licenciarme en Ciencias y Humanidades, ingresé en el Conservatorio de Aix-en-Provence en Músicas Actuadas y Canción Francesa en 2016. Tras dos años allí, volví al CFMI de Aix bajo la dirección de Pierre Gueyrard.

Ya trabajaba con niños en viajes artísticos y musicales desde los 19 años, y buscaba una formación para profesionalizarme en las intervenciones musicales en las escuelas.

El CFMI me aportó una extraordinaria riqueza de experiencias musicales y pedagógicas y encuentros inspiradores. La pasión y el rigor de sus formadores y de su administración me motivaron de tal manera que empecé a encontrar lo que realmente quería hacer.

Después de haber validado mi diploma en junio de 2020, fui contratada por el ayuntamiento de Villeneuve-lès-Avignon en agosto de 2020, como empleada contractual a tiempo completo (20 horas/semana).

Trabajo en 5 escuelas (3 jardines de infancia, 2 escuelas primarias) con 26 clases por semana. Me he beneficiado rápidamente del apoyo de mis superiores, así como de mis compañeros de trabajo, y siento una verdadera satisfacción al llevar a cabo proyectos con mis alumnos y sus profesores.

Sigo trabajando en el mismo puesto en Villeneuve, al tiempo que realizo actividades artísticas (grupo musical "Fauzene", y realizaciones personales), y busco intervenir como formadora en creación de canciones para niños y adultos.

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Llevaba unos años trabajando como educador deportivo, a la vez que tenía una práctica musical activa.

Acudí a las jornadas de puertas abiertas del CFMI antes de presentarme a la prueba de acceso.

Esta formación tan rica me permitió profundizar en mi cultura musical y progresar en mi práctica instrumental y pedagógica; esto es gracias a la calidad de la enseñanza así como al equipo de personal permanente que garantiza el seguimiento de los alumnos.

He podido progresar gracias a las numerosas formaciones y proyectos musicales propuestos (música en los hospitales, música de los Balcanes, orquesta en las escuelas, etc.).

Por último, estos 2 años en el CFMI me permitieron beneficiarme de una red que me fue muy útil una vez que obtuve mi Dumi.

Actualmente trabajo a tiempo completo en un conservatorio de música; trabajo en las escuelas locales y me encargo del despertar musical, así como de los talleres musicales para adultos con discapacidad.

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